Leandro G. Palomieri
Más de 1000 personas abarrotaron las instalaciones del Teatro Vorterix de la ciudad de Rosario, convocados por la presencia de ni más ni menos que el basquetbolista Emanuel David Ginóbili, o simplemente ‘Manu’. El jugador de los San Antonio Spurs de la NBA (renovó contrato por un año más) y ya con un pie y medio fuera de la Selección Argentina, se presentó acompañado por Gonzalo Bonadeo, hoy por hoy el mejor periodista deportivo de la Argentina, quien lo entrevistó en un living montado sobre el escenario del teatro, y también por su ex compañero en los Spurs y en el seleccionado, el ex pivot cordobés Fabricio Oberto, quien además de compartir anécdotas y dejar sus sensaciones, deleitó a todos los presentes con su banda de rock, mostrando grandes dotes de guitarrista y vocalista, cantando en inglés y en castellano.
El astro llegó a Rosario invitado por el grupo asegurador La Segunda, quien lo premió con la Distinción ‘Una manera de vivir’ por el trabajo que lleva adelante con la Fundación Manu Ginóbili. También La Segunda le aportó un cheque para la Fundación.
Después de una previa que realizó el dúo musical Ike Parodi (muy buenos, por cierto), apareció Bonadeo en escena y lo presentó a Ginóbili “como el mejor deportista argentino de todos los tiempos”, aclarando que era una percepción personal, algo que todos los presentes aprobaron gritando «olé, olé, olé, olé, Manu, Manu», ni bien el bahiense pisó el escenario.
La charla con Bonadeo arrancó con ‘Manu’ hablando de su idolatría por Michael Jordan: “él era mi héroe. Yo no vi jugar a otros, sólo puedo decir que crecí admirándolo” y también contó su admiración por su compañero de equipo Tim Duncan, diciendo que lo del nativo de Islas Vírgenes “es increíble. En trece años no le vi elongar un solo músculo. A los 39 años siempre está impecable y con la misma cara, mientras yo me arrastro”, dijo entre risas, contagiando a todo el público.
‘Manu’ confesó que aún hoy no sabe por qué los Spurs lo eligieron para integrar su equipo allá en 2002: «No era ni cerca el jugador en el que me transformé», a lo que agregó que luego de ganar la Euroliga en 2001 con el Kinder Bologna de Italia «pasé de sentirme un jugador talentoso a otro que podía ser el líder de un equipo».
También contó que la cercanía del retiro sobrevuela su cabeza y que no descarta jugar en la Liga Nacional una temporada final.
Bonadeo fue llevando la charla en todas las direcciones posibles y cuando le dijo que era muy probable que los Spurs retiren la camiseta con el número 20 en su honor, Ginóbili opinó en tono bromista que “tendría que mandármela muy mal este último año para que no retiren la camiseta” y agregó que “no soy de prestarle atención a los récords ni las marcas pero sí sé que el día que cuelguen la camiseta se me van a caer los pantalones. Estuve en las de David Robinson, Sean Elliott y Bruce Bowen y es algo muy emotivo”.
También se refirió a la selección, a su legado y al deseo de ver mejor al básquet nacional. “Tenemos gratitud hacia la Liga, hacia la CABB y a León Najnudel. Por eso queremos dejar como mayor legado el de nuestra conducta y altruismo. Dejar todo de lado, contagiar al otro. Eso ya se ve en los más chicos. Podemos ser ejemplo para todos los ámbitos si aportamos todos para mejorar el básquet. Tenemos ese sueño”.
Y reconoció que aprendió el concepto de juego en equipo con el paso del tiempo: “Yo era un insolente, me veo en videos jugando en Bahía y digo ‘qué estúpido’. Aprendí que fortalecer a tu compañero te fortalece a vos”.
Se refirió a la idolatría que genera como deportista tanto en Argentina como en el mundo del básquet: «Muchas veces se habla de trabajo y sacrificio, pero sabés cuántos conozco que laburaron más que yo y no se les dio, por una lesión o por alguna otra cosa”, explicó.
Bonadeo hizo un parate en sus preguntas y presentó a Oberto, quien apareció acompañado de su banda de rock. Manu explicó que el ex pivot de Las Varillas “siempre fue el más multifacético de todos nosotros. Todo lo hace con pasión, todos lo adoran”. Luego de disfrutar con los temas de Oberto. Juntos, recordaron que los torneos con la selección “eran como un viaje de estudios” a pesar de los inconvenientes que solían sufrir y también contaron cómo el equipo se “olvidó” a ‘Manu’ en el estadio de Atenas tras la conquista del oro. “En pleno festejo un periodista me comunicó con mi papá en Bahía, era tanto el bullicio que me fui despegando del grupo, y cuando me quise acordar se habían ido todos. Me tuve que ir solo a la Villa Olímpica en un auto con gente de la organización. Se fueron todos en el colectivo y ni se percataron que faltaba yo!”, dijo entre risas, para cerrar la anécdota diciendo: “claro, ya me habían usado para ganar la medalla”, ante la carcajada general de todos los presentes.
La charla se prolongó por cerca de una hora y media, y varias frases quedaron dando vuelta, como que “la NBA es hoy una competencia mundial que se juega en Estados Unidos» y que «Tuve la suerte de que mi viejo nunca me dijo nada después de un partido. Eso me permitió jugar y divertirme. Los padres cometemos el error de querer que nuestros hijos trabajen de deportistas», mientras que Oberto señalo que «la Generación Dorada fue distinta porque todos queríamos que al otro le vaya mejor que a nosotros».
Ginóbili y Oberto, dos auténticos cracks, entrevistados por Bonadeo, otro crack. Gracias por todo!