Leandro G. Palomieri
El 28 de agosto de 2004 será recordado por los amantes del deporte argentino como uno de los días más gloriosos. Ese día, en los Juegos Olímpicos de Atenas, el seleccionado de básquetbol dirigido por Rubén Magnano ganaba la medalla dorada, venciendo en la final a Italia por 84-69, y horas antes el seleccionado de fútbol conseguía lo mismo, en este caso superando a Paraguay por 1-0 (gol de Carlos Tevez).
En aquel seleccionado de básquetbol hubo un venadense: Walter Herrmann. Y ayer, 14 años después, en sus redes sociales, el ‘Flaco’ lo recordó con una foto de su medalla y un texto que dice: “más tiempo pasa, más valor tiene”.
Herrmann amplió el concepto diciendo que “uno estando todavía en actividad es como que no se da cuenta del valor que tuvo esa medalla, no se da cuenta de los logros, de los títulos que va consiguiendo. No le damos importancia porque luego viene un desafío nuevo, nuestros objetivos son constantes, ganas algo, festejas ese día, al día siguiente y te ponés a trabajar para lo que viene. Pero en este caso es algo especial, porque se da justo el retiro de ‘Manu’ Ginóbili y uno empieza a tomar un poco más de dimensión de lo que se consiguió” y agregó que “quedamos solamente tres jugadores activos de la ‘Generación Dorada’”, refiriéndose a Luis Scola, Carlos Delfino y él.
“Parece que fue ayer que empezamos a jugar la Liga Nacional con 16 o 17 años, pasó casi toda la carrera, estamos cerca del retiro y se entremezclan algunas sensaciones en días como el de ayer o como el de hoy, que están a flor de piel”.
Al hablar de Atenas 2004 dijo que “fue un torneo increíble, nos salió todo perfecto. Siempre recuerdo que el gran sinsabor que teníamos era jugar contra España, porque eran partidos dificilísimos. Habíamos jugado dos en la previa y los habíamos perdido por 20 puntos, luego nos tocó contra ellos en la fase de grupos y volvimos a perder. Pero cuando ellos perdieron con Estados Unidos en cuartos de final, ahí volvimos a creer que teníamos posibilidades de ganar una medalla” y agregó que “al enfrentar a Estados Unidos no teníamos la presión, nos relajamos un poco y nos salió espectacular”.
Al recordar el partido con los norteamericanos, Walter contó una anécdota de la previa, cuando estaban por salir al campo de juego: “siempre, antes de cada partido, nosotros teníamos por costumbre empezar a cantar ‘está es la banda de la Argentina’ y nos chocábamos entre nosotros, y ante Estados Unidos nos empezamos a ir para el sector donde estaban ellos y los chocamos a ellos. Estaban LeBron James, Allen Iverson… todos monstruos, y ellos, en su mundo, empezaron a sacarse los auriculares y a mirarnos, como diciendo ‘estos están locos’, y creo que ahí empezamos a ganarles el partido, es como que salimos a comerlos. Cuando hablo con los chicos, a todos nos dejó esa misma sensación, ahí empezamos a ganarles. Si el partido duraba 10 o 20 minutos más, no nos iban a ganar. Viendo una y otra vez el partido, y observando que se nos ponían a 5, 6 o 7 puntos, para nosotros es como que íbamos ganando por 20. En esa arenga en el túnel, pusimos el primer ladrillito para la victoria. En el partido, Estados Unidos nunca estuvo mentalmente por arriba nuestro”.
Y al hablar de la premiación tras ganarle a Italia, Walter dijo “la sensación más linda de todas es cuando levantan la bandera argentina y está más arriba que todas. Es algo impagable, una mezcla de mil cosas. A mí me hubiese encantado, el día después de ese partido, tomar el avión para Argentina y festejar con todos los argentinos; pero lamentablemente, al día siguiente yo mi fui a Málaga, otros a Italia… tuvimos que seguir con nuestra rutina, por eso nunca terminamos de festejar y de caer en lo que conseguimos, tuvimos que seguir buscando nuevos objetivos en nuestros equipos. Es la rutina del deportista”.
El martes Emanuel Ginóbili decidió colgar las botitas, retirarse como jugador, y al pedirle una opinión sobre ‘Manu’, Herrmann dijo que “lo que diga de él es relleno de todo lo que se está diciendo. El es un talentoso, un iluminado, el Messi del básquet, está clarísimo. Los más jóvenes me preguntan y yo les digo que, más allá del talento que tiene y de ser quién es, el trabajo y el sacrificio que ha hecho a lo largo de su carrera, es lo que lo ayudó a ser quien es. Es Ginóbili, un caso único, pero no por eso los chicos más chicos tienen que decir ‘yo no nací como Ginóbili’. Siempre ponemos el mismo ejemplo: con ‘Manu’ en los entrenamientos nos sacábamos la piel, volaban los codos, todo en pos de mejorar, siempre se entrenó durísimo y más allá del talento innato que siempre tuvo, el sacrificio que ha hecho para llegar a donde llegó, es admirable”.
Después de una temporada fuera de las canchas, Herrmann volverá a jugar profesionalmente este año en Atenas de Córdoba y ya se encuentra realizando la pretemporada para empezar a jugar el Súper 20. “El básquet es algo muy difícil de dejar. Ya me pasó la otra vez, estuve tres años sin jugar y volví a Atenas, ahora lo mismo. Dejás de jugar, descansás, pero llega un momento que empezás a caminar por las paredes y querés volver a jugar” e incluso hubo una posibilidad de volver a calzarse la casaca del Club Ciudad para jugar el torneo de la Asociación Venadense. “Quería jugar y como no había posibilidades de estar en la Liga Nacional, existió la posibilidad de volver a jugar en Venado, pero llegó la oferta de Atenas de Córdoba y acá estoy, volviendo al básquet profesional que es lo que hice toda mi vida, con nuevas metas y nuevos objetivos”.